Hoy fui a la
librería se llama Llibrería del Palau cerca de la Plaza Urquinaona y la Palau
de la Música. Es una tienda muy pequeña y estrecha. Desde afuera se puede ver cuántos
libros que están en un lugar tan pequeño. Hay estantes que cubren cada pulgada
de las paredes y todos son llenos completamente con libros.
No hay una brisa y por eso para mí es muy abrumadora y sofocante. La trabajadora estaba hablando por teléfono pero era muy amable. Cuando entré la tienda y empiece a tomar fotos ella me dijo que si yo tomo fotos y no comprar nada que necesito poner un poco dinero en un tarro de propina. Pensé que eso fue muy raro porque nunca he oído una regla como eso. No había ningunas personas en la librería, pienso que es un resultado de su pequeño tamaño. También era interesante a mí que no hay un espacio o algunos sofás y sillas donde personas pueden sentarse.
No me gustaba la tienda mucho pero me gustaba cómo se organiza sus libros; son organizados por región geográfica y también por tópico.
Un día después
de clase unas amigas y yo fuimos a una taparía para almorzar. Este restaurante
se llama Txapela y todas las topas fueron en la forma de montaditos. A causa
del tamaño de estos montaditos yo comí cuatro. Para mí el mejor montadito fue
la sepia a la plancha que ellos se llama Pincho Ondarriba.
Este estilo de
tapear muestra las costumbres en España que meriendas son imprescindibles
aspectos de la comida. Los montaditos permiten a una persona probar más que un
plato durante la visita por menos euros que un plato grande. La gente adentro
de esta taparía parece muy tranquilo y que este lugar fue utilizado para
escapar del sol y calor. El aspecto mejor de esta taparía fue la inmensidad de
combinaciones de tapas, la carta tiene más que cincuenta opciones entonces hay
algo para cada cliente. Los olores me confundieron porque los sabores no siguen
un patrón entonces hubo demasiado olores diferentes para identificar uno.